martes, 18 de mayo de 2010

Los autores contractualistas: Hobbes, Locke y Rousseau


A lo largo de los siglos XVII y XVIII una serie de autores trataron de explicar de un modo racional el origen y los fundamentos de la sociedad política. Querían mostrar qué motivos existen para qué las personas decidan vivir juntas formando una comunidad en la que unos gobiernan sobre otros y hay unas leyes que deben ser obedecidas. Los tres autores que vamos a comentar nos hablan de un estado de naturaleza y de la necesidad de llevar a cabo un contrato o acuerdo para salir de ese estado natural y organizar la comunidad política.
El estado de naturaleza, que cada autor describirá de un modo diferente, consiste en la situación en la que se hallarían los seres humanos si no hubiera normas, ni gobernantes políticos. Es una situación hipotética, que probablemente no haya existido, aunque podría compararse, como sostiene Hobbes, con las condiciones que tienen que sufrir las personas que viven las miserias de una guerra.

El Absolutismo de Thomas Hobbes.

Thomas Hobbes, filósofo inglés cuya vida transcurrió principalmente a lo largo del siglo XVII, nos cuenta en su obra Leviatán su visión del estado de naturaleza. En su opinión, los seres humanos por naturaleza son crueles, egoístas, malvados. Desean satisfacer constantemente sus deseos e incrementar su poder y para ello, si fuera necesario, llegan a practicar el robo o el asesinato. Los seres humanos en estado de naturaleza son muy libres, pero esa libertad les conduce a una guerra continua de todos contra todos. El hombre se convierte piensa Hobbes en un “lobo para el hombre”.
Si las personas quieren conservar su vida tienen que salir de ese estado de naturaleza. En esta situación, piensa Hobbes, la mejor solución consiste en entregar todos los derechos (libertad, igualdad, uso de la fuerza…) que tenían las personas por naturaleza a una única persona: el soberano. A través de un acuerdo entre todos se realiza este paso con el que desaparece la sociedad natural y surge una sociedad política más ordenada, organizada y política.
El soberano absoluto tendrá el poder de establecer las leyes y de formar un ejército para conseguir que las leyes se cumplan. Las demás personas que se han convertido en súbditos no tendrán más remedio que obedecer las decisiones del soberano. De este modo, el sistema de gobierno ideal para Hobbes es el Absolutismo, un sistema en el que las personas renuncian a sus derechos naturales a cambio de alcanzar la paz.

Realiza las actividades que aparecen en el enlace siguiente: http://www.webdianoia.com/moderna/hobbes/hobbes_ejer.htm 


John Locke y el liberalismo político.


Otro filósofo inglés, Jonh Locke, rechazará en su obra Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil la visión tan pesimista que tenía Hobbes acerca del estado de naturaleza. En estado de naturaleza los seres humanos viven en una gran familia en la que reina la confianza y el compañerismo. Los individuos tienen por naturaleza el derecho a la libertad, a la igualdad e, incluso, a la propiedad. Además, tienen leyes naturales que conocen por medio de su razón y que les impulsan a respetar de forma habitual los derechos básicos.
No obstante, en ciertas ocasiones, surgen algunos enfrentamientos que requieren la presencia de un poder superior que ponga orden entre las personas. Por tanto, no para sobrevivir, como pensaba Hobbes, sino para vivir mejor los seres humanos se ponen de acuerdo a través de un contrato, deciden salir del estado de naturaleza y crean una sociedad política. Pero hay una diferencia importantísima respecto al sistema diseñado por Hobbes. Los individuos no renuncian a los derechos que tenían en el estado de naturaleza, simplemente dejan que unas personas tomen el poder y procuren que las leyes se cumplan, pero siempre que respeten los derechos (libertad, igualdad y propiedad) que corresponden a cada individuo por naturaleza, por el hecho de nacer.
Además, el sistema político defendido por Locke que da origen al llamado liberalismo político se basa en la división de poderes. Hay una Asamblea legislativa que se encarga de establecer las leyes y elegir encargadas de velar por el cumplimiento de las leyes. Estas últimas componen el poder ejecutivo. El pueblo no obedece ciegamente las leyes que emanan de la Asamblea legislativa y que hace cumplir el Poder ejecutivo; por el contrario, si los gobernantes no respetan los derechos naturales de los individuos estarán incumpliendo el contrato y el pueblo podrá rebelarse contra ellos.
Realiza los ejercicios que aparecen en el siguiente enlace: http://www.webdianoia.com/moderna/locke/locke_ejer.htm

Rousseau y la voluntad general

El filósofo ginebrino J.J. Rousseau reflejó en sus teorías políticas los rasgos que habían caracterizado su propia vida: la pasión por la vida sencilla y solitaria, el gusto por la naturaleza, y el rechazo de las grandes aglomeraciones urbanas. No era de extrañar, por tanto, que el estado de naturaleza perfecto fuera para Rousseau el de aquellos individuos que vivían de forma solitaria o en compañía de pocas personas, disfrutaban de las ventajas
de la naturaleza y desplegaban las cualidades bondadosas que poseen los seres humanos desde el nacimiento.
En el estado anteriormente descrito los seres humanos despliegan su bondad y disfrutan de una enorme felicidad. Es la sociedad y, sobre todo, el ambiente de las grandes ciudades el que convierte a las personas en falsas, astutas y malvadas. Pero Rousseau sabe que volver al estado de naturaleza resulta casi imposible, por tanto, lo que se puede intentar es convertir las comunidades humanas en lugares más habitables y, sobre todo, más justos. Para ello, Rousseau defiende la creación de un sistema democrático.
De nuevo la comunidad tendrá que llevar a cabo un contrato. En este caso el conjunto de la comunidad cede todos sus derechos naturales (como ocurría en el planteamiento de Hobbes), pero no los cede a un soberano absoluto sino a la propia comunidad que, reunida en una asamblea expresará la voluntad general del pueblo y establecerá las leyes que han de seguirse. Las leyes no pueden reflejar el interés de uno o de unos cuantos, sino la voluntad de todos.
El sistema es democrático porque todos los individuos participan en la creación de las leyes, convirtiéndose en ciudadanos. No obstante, el planteamiento de Rousseau, al recomendar un tipo de democracia directa y mostrar su rechazo hacia los representantes políticos, parece más apropiada a las antiguas ciudades griegas o a pequeñas comunidades y difícilmente realizables en las complejas sociedades contemporáneas.

1. ¿Qué te parece la afirmación de Hobbes “el hombre es un lobo para el hombre”
2. Completa el cuadro indicando cómo es el estado de la naturaleza en cada caso.

Thomas Hobbes
John Locke
J.J. Rousseau

3. ¿Con cuál de los tres planteamientos estás más de acuerdo y por qué?

3 comentarios:

Sandra Gómez dijo...

Muy completa la explicación, entendí a la perfección y me sirvió para aprender mucho más acerca del origen del Estado y de los planteamientos de estos tres filósofos respecto al tema.

Sandra Gómez dijo...

Muy completa la explicación, entendí a la perfección y me permitió saber mucho más acerca de la conformación y origen del Estado, así como de las opiniones de estos tres filósofos respecto al tema.

Anónimo dijo...

Muy buenoo me gusto.