domingo, 5 de octubre de 2008

LA SINGULARIDAD DEL SER HUMANO






Señala las tres diferencias más importantes que encuentres entre el comportamiento del ser humano y el de los demás animales.
Lee el texto siguiente (Ética, 4º ESO, Ed. Mac Graw, pgs 13-14) y realiza un cuadro en el que se vean las diferencias, según el texto, entre el ser humano y los demás animales. Busca, además, en el diccionario el significado de aquellas palabras que no entiendas.

"Se dice que el hombre, en el momento de nacer, es el más ignorante de los animales. En efecto, los instintos capacitan a las restantes especies (a unas más que a otras) para una rápida adaptación a sus ambientes específicos. Dentro de ese círculo, muy estrecho por cierto, el animal se conduce con acierto innato. Como contrapartida a los animales les espera una vida prefabricada, en la que las variaciones y las innovaciones son mínimas y hay muy poco que aprender.
En el caso del hombre, el ajuste al medio nos se produce de manera inmediata, sino que exige un largo proceso de aprendizaje. A diferencia de otras especies, el hombre necesita estante tiempo para aprender a andar, a comunicarse con sus congéneres, a procurarse el alimento por sí mismo, etc. Carente, en buena medida, de instintos, el ser humano tiene que hacerse a sí mismo. Su vida está abierta y tiene que hacer de ella una tarea eligiendo y adoptando actitudes. Esto nos acerca al concepto de libertad. Ahora bien, sin inteligencia no hay libertad.

“Donde hay inteligencia, hay libre albedrío (libertad)”, decía el filósofo cristiano Tomás de Aquino. Muchas observaciones e investigaciones con animales muestran que, en medida que algunos de ellos manifiesta cierta inteligencia práctica, no les es ajeno del todo cierto germen de libertad: un chimpancé puede detenerse súbitamente en su intento de tomar unos plátanos que están suspendidos del techos, puede inspeccionar el entrono y unir unos tubos dejados a su alcance por el experimentador para alcanzar con ellos la comida. El animal ha sido capaz de dejar por unos momentos en suspenso el apetito para solucionar un problema. Pero los animales, incluso en sus manifestaciones mas asombrosas de inteligencia, actúan movidos por estímulos y deseos presentes y relacionados con alguna necesidad básica. Su inteligencia les capacita para resolver sencillos problemas siempre orientados a la satisfacción de alguna necesidad básica. Por ello, en general, tienen que hacer lo que están programados para hacer. No se les puede culpar, ni juzgar, como tampoco alabar o aplaudir por algo que hayan hecho o dejado de hacer.
El caso del ser humano es muy diferente: nuestra inteligencia y nuestra voluntad colaboran para hacer proyectos, anticipar consecuencias, controlar deseos, e incluso necesidades vitales, y actuar libremente. Aunque las circunstancias nos empujen, tenemos la posibilidad de opción, en la situación en que se existe, entre una determinada línea de conducta y otra distinta de ella. La libertad nos diferenta de todos los seres que actúan de una sola forma posible, sean los planetas o las abejas. No decimos, por ejemplo, que las termitas soldado, que muchas veces sacrifican su vida para proteger el hormiguero, sean héroes; pero sí decimos que es heroica o muy elogiable la conducta del alpinista que, exhausto, baja a un compañero de cordada, enfermo o lastimado, por una escarpada pared, jugándose la vida. El terrible dolor que siente en sus brazos y en sus piernas, el riesgo y el miedo cesarían con sólo el gesto de desenganchar el pesado cuerpo que lleva suspendido. El mortal descenso se convertiría así en una dificultad menor."

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